Heinkel He-111 H-6, W.Nr. 4500, A1+FN, teniente Erich Horn, 5./KG53, 1:72, Corgi
Marca: Corgi
Escala 1:72
Código original: AA33718
The Aviation Archive collection
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Heinkel He-111 H-6, W. Nr. 4500, A1+FN, 1:72, Corgi
Heinkel He-111 H-6, W.Nr. 4500, A1+FN, teniente Erich Horn, 5./KG53, estrellado tras las líneas alemanas, Yukhnov, oeste de Moscú, 21 de enero de 1942
El H-6, W. Nº 4500, A1+FN, Lt. Erich Horn, 5./KG53, se estrelló tras las líneas alemanas, Yukhnov, oeste de Moscú, 21 de enero de 1942Si el Messerschmitt Bf 109 fue el avión de combate de la Luftwaffe más famoso de la Segunda Guerra Mundial, entonces su directo El equivalente del bombardero tenía que ser el Heinkel He-111, un avión cuyos orígenes se remontan a principios de la década de 1930 y su desarrollo como un supuesto avión civil rápido, debido a las restricciones impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles. Una vez que el país ya no estaba preocupado por la pretensión de intentar plicar a las otras potencias europeas, el Heinkel se mostró como un 'lobo con piel de cordero' y gracias a su gran nariz de 'invernadero' totalmente acristalada, se convertiría en uno de los aviones más famosos de la Segunda Guerra Mundial. Al poseer un mayor alcance que otros aviones de ataque de la Luftwaffe, el Heinkel He-111 vería un uso intensivo durante la Operación Barbarroja y las batallas aéreas que se desataron en el frente oriental desde 1942 en adelante, pero no siempre en su función principal de ataque.
Debido al rápido deterioro de la situación para los alemanes, los bombarderos Heinkel He-111 también se utilizaron para tareas de evacuación de heridos y reabastecimiento, donde complementarían los esfuerzos de los pesados trimotores Junkers Ju-52. Este Heinkel en particular ha agregado manchas de cal bastante efectivas sobre su camuflaje estándar, algo que habría parecido bastante efectivo contra la tundra rusa congelada desde arriba. Mientras intentaba un bombardeo de bajo nivel contra objetivos en el área de Kaluga, al sur de Moscú, este bombardero fue alcanzado por fuego antiaéreo soviético y se vio obligado a aterrizar, afortunadamente para la tripulación, a salvo detrás de las líneas alemanas. Aunque el Alto Mando soviético desconfiaba mucho de los alemanes, no necesariamente querían hacer algo militarmente que los provocara a un ataque. Además, a pesar del hecho de que su fuerza aérea masiva estaba llegando al final de un período significativo de modernización y reorganización, este trabajo aún estaba en curso y en vísperas de la Operación Barbarroja, aunque ahora se estaban introduciendo lentamente aviones más modernos, conversión de piloto y la organización general de la fuerza aún dejaba mucho que desear.
Dado que los aeródromos soviéticos en los distritos occidentales se sometían regularmente a simulacros de ataques aéreos, cuando sonaron las sirenas en las primeras horas del 22 de junio de 1941, pocos en los setenta y seis aeródromos identificados para ser atacados por aviones de la Luftwaffe esa mañana realmente se dieron cuenta, y las tripulaciones permanecieron en sus tiendas de campaña protegiéndose de la lluvia, solo corriendo a sus puestos una vez que comenzaron las explosiones. Estos primeros ataques de la Luftwaffe demostraron ser devastadoramente efectivos, con informes enviados al cuartel general afirmando que casi 1500 aviones soviéticos fueron destruidos solo en tierra, cifras que parecían tan increíbles que Herman Goering las verificó de forma independiente.
De hecho, las cifras resultaron ser un poco conservadoras y, dado que las tropas terrestres alemanas invadieron numerosos aeródromos soviéticos durante su avance relámpago, quedó claro que esta cifra en realidad superaba con creces los 2000 aviones destruidos. En el aire era una historia diferente y, a pesar de volar obsoletos cazas Polikarpov I-15 e I-16, los pilotos soviéticos demostraron ser tenaces y valientes, recurriendo a embestir a sus enemigos alemanes si podían acercarse lo suficiente. Esto demostraría ser la señal de lo que vendría y, si bien las victorias alemanas iniciales fueron realmente espectaculares, el invierno ruso y la destreza industrial y el espíritu de lucha de la nación pronto cambiarían las tornas a su favor.
Escala 1:72
Longitud: 22,90 cm.
Envergadura: 31,00 cm.
Edición limitada.
De la colección The Aviation Archive.
Incluye la figura del piloto.
Tren de aterrizaje posicionable.
Los rotores giran.
Soporte incluido para su exposición.
Montado y pintado en origen.
Fabricado en metal con accesorios plásticos.
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